Invocando todos nuestros sentidos, el pequeño alma extra que vibra aquí nos conecta con nosotros mismos y nos acerca al otro. Acogidos, despertamos a una alegría redescubierta, rica en emociones y plenitud. "No olvidéis la hospitalidad, porque por ella algunos han acogido a los ángeles sin saberlo". (Carta a los Hebreos, capítulo 13, 2)