En la ladera del acantilado, Castelbrac te invita a un paréntesis de rejuvenecimiento del alma y del cuerpo, lo más cerca posible del mar.
Paisajes salvajes, a veces misteriosos, a menudo cambiantes... Grandes playas animadas o pequeños riachuelos discretos... La Costa Esmeralda sabrá seducirte.
Gracias a sus villas clasificadas, su casino Belle Epoque y sus eventos culturales, es considerado uno de los balnearios más prestigiosos de Francia.
Con vistas al mar, el circuito de las espléndidas villas revela una mezcla rebosante de arquitectura costera de finales del siglo XIX, donde cada año se celebra el renombrado Festival de Cine Británico.
El mercado de Dinard, uno de los más grandes de la región y muy famoso por sus productos locales, atrae a muchos visitantes durante todo el año.
Inaugurado en 1887, el Club de Golf de Dinard, el segundo campo de golf más antiguo de Francia, cuya casa club está clasificada como monumento histórico, ofrece una vista impresionante del mar.
Hogar de famosos marineros y corsarios, la bahía de Saint-Malo está llena de islas e islotes fortificados durante el reinado de Luis XIV, bajo la dirección del famoso arquitecto Vauban.
Esta es una oportunidad para descubrir el Fuerte de la Conchée, el Grand Bé donde está enterrado el escritor y poeta Chateaubriand y, por supuesto, las murallas de la famosa ciudad corsaria.
La "Maravilla del Oeste", declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el Mont-Saint-Michel se alza sobre una roca de granito en el corazón de una inmensa bahía sometida a las mareas más altas de Europa.
Rodeada de murallas, Dinan, con su patrimonio medieval, es testigo de un pasado opulento y glorioso. Su castillo del siglo XIV, la Torre del Reloj, el Convento de los Cordeliers y la calle del Jerzual son tesoros conservados con vistas a un pequeño y encantador puerto a orillas del Rance.
Cada dos años, la Fête des Remparts devuelve a la ciudad a la época medieval.
